Modern Love: píldoras de ternura para la cuarentena
En Modern Love se amplían los horizontes de lo que entendemos por amor tradicional y se tocan teclas que conectan con situaciones que muchos de nosotros hemos vivido. En forma de capítulos independientes y basados en relatos reales publicados en The New York Times, esta serie, disponible en Amazon Prime Video, puede llegar a ser una buena medicina que va activando poco a poco nuestros recuerdos más tiernos.
Píldoras basadas en historias reales
Desde el año 2004, Modern Love es una columna semanal de The New York Times en la que diferentes personas publican ensayos sobre historias propias con un denominador común: el amor. Del éxito de esta publicación surgió además un podcast donde voces reconocidísimas leen algunas de las historias (en los últimos capítulos publicados, podemos reconocer a los actores y actrices Daniel Radcliffe, Uzo Aduba, Ali Fazal o Brian Cox, por nombrar algunos de los últimos).
Del papel a la radio y de la radio, como era de esperar, también a la televisión. Uno de los encargados de la adaptación a televisión es John Carney, que igual así a algunos no les dice mucho pero si leen Once, Begin Again o Sing Street ya empieza a sonar un poco más, sobre todo por la relación que sus películas tienen con el amor (Once, de hecho, está en mi lista de Películas románticas (de amor y desamor) que merecen la pena). La habilidad de Carney para introducir pequeños detalles en cada uno de sus guiones que contribuyen a hacer los personajes más humanos está patente en todos los capítulos que escribe y dirige. Junto a Carney, Sharon Horgan, Tom Hall y la fallecida Audrey Wells orquestan los hilos de los ocho capítulos que forman parte de Modern Love.
Ocho capítulos que abordan, a su vez, temáticas variadas como la salud mental, el amor familiar, las relaciones intensas que surgen en la tercera edad, los traumas del pasado o cómo las redes sociales alteran la percepción que tenemos de nosotros mismos (y cómo eso influye en nuestras citas y relaciones). Todo ello a base, también, de caras conocidísimas que favorecen la predisposición a recibir estas historias. Desde Anne Hathaway hasta Dev Patel, pasando por otros como Tina Fey, Andrew Scott, Andy García, John Gallagher Jr., Olivia Cooke o Catherine Keener, por citar algunos de mis favoritos.
Luces y sombras: ternura normativa
Tal y como promete, Modern Love se presta a disfrutarla sin dificultades, a darle al botón de play cuando a uno le apetece ver algo “ligero” que le haga sonreír, algo que nunca está de más en esta cuarentena que estamos atravesando. En mi caso, disfruté cada historia desde su planteamiento (que estén basadas en ensayos es algo que ya me conquista), conectando más o menos con las circunstancias de los personajes, pero disfrutando de la hora de respiro que me brindaba ver esta serie.
Hay historias que a mí, al menos, consiguieron enternecerme. Como uno de mis capítulos favoritos, en el que una mujer con trastorno de bipolaridad (tremenda Anne Hathaway) supedita su vida a sus días buenos, tremendamente avergonzada por sus días malos, fracasando en muchas facetas de su vida, como la laboral o la sentimental, por no aceptarse. También aquel en el que una pareja de homosexuales decide adoptar un hijo y optan por una adopción abierta (adopciones en las que los padres permiten a la madre biológica tener contacto con el niño) sin saber que la madre es una trotamundos literal o, en otras palabras, una sintecho. El choque ideológico entre uno de los adoptantes (¡te quiero, Andrew Scott!) y la madre biológica me mantuvo pegada a la pantalla, intrigada y divertida por igual.
Y, por último, mención especial a la historia en la que una cita en casa de él acaba en el hospital, pasando por quirófano, con un protagonista inseguro que no se cree en sus logros, acosado por la ansiedad desde hace años. Además, le da vida John Gallagher Jr., otro crush por excelencia desde The Newsroom y Calle Cloverfield 10.
A pesar de esa sonrisita de bobi que se te puede quedar al ver la serie, uno podría pensar cuando lee la palabra “modern” que va a lanzarse a un batiburrillo de relaciones abiertas, poliamor y otras rupturas con lo normativo. Desafortunadamente, las ocho historias de Modern Love encajan demasiado en la normatividad. Aunque una de las historias está protagonizada por una pareja homosexual (de nuevo: Andrew Scott, ¡te quiero!) y se incluye algún personaje racializado, la mayoría de los protagonistas son personas blancas, heterosexuales, de clase media-alta y -que no falte- la mayoría con cuerpos normativos. Aunque esto no rompe la magia de algunos capítulos, es importante señalar estas carencias para poder ir abonando un mundo creativo más abierto y diverso.
Asimismo, también hay que tener en cuenta las circunstancias de los ensayos publicados: hace más de quince años, en The New York Times y con esta gran ciudad siempre de fondo. No obstante, ya han confirmado una nueva temporada de Modern Love. Quién sabe si se decidirán a arreglar esto último.
Capítulos de Modern Love
Aquí la lista de los ocho capítulos. Aunque en muchas reseñas acostumbran a ordenarlos en un ranking de mejor a peor o viceversa, os los dejo en el orden en el que aparecen en la serie. Personalmente, no me gustan los rankings porque creo que cada persona puede sacar sus conclusiones y, además, leer algo así pienso que determina. Mejor disfrutarlos sin pretensiones.
Acompaño cada capítulo con un fragmento del ensayo original en el que está basado. Si os interesa, podéis leer algunos aquí.
1. Cuando el portero es tu mejor amigo (When the Doorman Is Your Main Man)
La extraña relación entre una mujer joven que vive sola y el portero de su edificio, que desde su propia distancia la protege y mira con lupa cada ligue que consigue llegar a la puerta de su casa.
“La nuestra era una amistad común y no reconocida entre una mujer que vivía en Nueva York, soltera y sola, y el portero que la cuidaba actuando de conserje, guardaespaldas, confidente y figura paterna”.
2. Cuando Cupido es una periodista curiosa (When Cupid Is a Prying Journalist)
Un joven millonario gracias a la creación de una aplicación de citas es sorprendido por la curiosidad de una periodista a la que le concede una entrevista. Se sincera con ella y ambos comparten una historia de su pasado que siguen llevando clavada aunque quieran ignorarlo.
“Le lancé una última pregunta: ‘¿Alguna vez has estado enamorado?’. Nadie le había preguntado eso en una entrevista, dijo. ‘Sí’, contestó finalmente. ‘Pero no me di cuenta hasta que era demasiado tarde.’ Y entonces, me pidió que apagara la grabadora, así que la detuve”.
3. Acéptame como soy, sea quien sea (Take Me as I Am, Whoever I Am)
Todos tenemos días buenos y malos, pero esta joven no puede escapar de ellos debido a su trastorno de bipolaridad. Intenta sobrellevar su vida y fingir una normalidad en la que no encaja mientras se conciencia en que puede tener una cita “normal” si se esfuerza lo suficiente.
“Mi vida personal era otra historia. En el amor uno no se esconde, tiene que dejar que el otro le conozca. Pero yo no tenía ni idea de quién era en ningún momento”.
4. Luchando por mantener la llama viva (Rallying to Keep the Game Alive)
Una pareja intenta arreglar un matrimonio que hace aguas. Él, actor metido en fiestas a las que nunca invita a su mujer; ella se ha buscado sus propios pasatiempos mientras intenta tragarse todo lo que le frustra. Buscarán una afición en común y acabarán lanzándose pelotazos en la pista de tenis.
“Luchábamos, pero no con la adrenalina que te da la determinación de ganar a toda costa, sino con la paciencia y el control que nos daba el no querer que se acabase ni el verano ni la infancia de nuestro hijo ni este juego, nunca”.
5. En el hospital, un interludio de claridad (At the Hospital, an Interlude of Clarity)
Él, un treintañero con ansiedad social desde hace años, conoce a una joven despampanante y no se puede creer que esté interesado en seguir viéndole. En una cita importante su torpeza provoca que se caiga encima de una copa y acabe necesitando cirugía… Allí, donde él se siente más vulnerable y desprotegido, ella le acompaña en sus horas en urgencias.
“Nunca es buen momento para caerte del sofá encima de una copa de Martini y perder una cantidad de sangre peligrosa. Pero que te pase en plena cita prometedora es especialmente mal momento”.
6. Parecía un padre, así que solo era una cena, ¿no? (So He Looked Like Dad. It Was Just Dinner, Right?)
Una joven, sintiéndose siempre marcada por la prematura pérdida de su padre, se fija en uno de los jefes del edificio donde trabaja. Su atractivo, y su edad, le crean una curiosidad nada disimulada que hará que él se percate y la invite a una cita. ¿O no es una cita?
“Era muy guapo. Llevaba jerseys de cuello vuelto grises y olía a aftershave de menta y a libros antiguos. Tenía 55 años y se acababa de divorciar por segunda vez. Era mi padre, aunque en realidad no era mi padre”.
7. Las adopciones abiertas requieren una mente abierta (Hers Was a World of One)
Una pareja homosexual se decide por una adopción abierta. Cuando les cuentan que la madre es una mujer un poco peculiar no se pueden imaginar la persona a la que están a punto de conocer.
“No había garantías de que con una adopción abierta fuéramos a tener nuestro bebé antes. De hecho, la agencia nos advirtió de que, como pareja homosexual, quizá íbamos a tener que esperar mucho”.
8. La carrera mejora según te acercas a la meta (The Race Grows Sweeter Near Its Final Lap)
Se conocen en una carrera, conscientes los dos de que están muy próximos a llegar a la línea de meta. Crearán un amor bonito y cercano, y seguirán corriendo juntos a pesar de ser conscientes de que todo puede terminar en cualquier momento.
“El amor en la tercera edad es diferente. Teníamos más de 70 y 80 años, así que habíamos vivido ya tantos altibajos en la vida que sabíamos bien dónde estábamos y habíamos aprendido a comprometernos. La línea de meta cada vez estaba más cerca”.
Puedes encontrar todos los episodios de Modern Love en Amazon Prime Video.
¡Hola!
Me encantó tu entrada. Y justo hace poco empecé a ver la serie. Con los dos primeros capítulos lloré como no tienes idea (soy bien sensible) pero la dejé de ver con el capítulo de la chica y sus daddy issues, me sentí muy incómoda… ¡le daré una segunda oportunidad!
Ayyy, ¡normal que te sintieras incómoda! A mí me pasó parecido, no es una temática nada común tal y como está narrada.
Ojalá le des otra oportunidad, a mí el capítulo de justo después me gustó especialmente 🙂
¡Gracias por tu comentario!
Hola!
Yo no estoy totalmente de acuerdo en que al ver ‘modern’ uno piensa en que vamos a encontrar poliamor, relaciones abiertas, etc. (q ojo, puede q lo veamos, van a haber más temporadas). A mí, muy particularmente, me habría decepcionado muy mucho ver eso. Yo me lo tomé como una forma de decirle al público que ser moderno no es solo aceptar el poliamor y las relaciones abiertas, y que el ‘modern love’ no se limita a esas ideas actuales, sino que el amor, actualmente, sigue abarcando todos esos tipos de amor: el normativo, el que un portero siente por la niña q ha visto crecer, el de una madre soltera, hacia una persona trans, etc., y que todos ellos son igualmente válidos, naturales y de actualidad. Todos ellos siguen estando en vanguardia. Creo q la serie pretende normalizar cualquier tipo de amor. No lo sé, así lo capté yo y así me gusta pensar en ella.
Quizá sí es cierto q los protas tienen cuerpos normativos a pesar de la disparidad de edades, algo en lo que yo no había reparado y que espero q cambie en futuras temporadas.
A ver qué os parece mi interpretación.
Un saludo!
¡Hola, Rous!
Mil gracias por tu comentario. Es una visión muy interesante también. Como tú dices, creo que la serie es muy efectiva en eso de subrayar que todos los tipos de amor son válidos, naturales y de actualidad.
Tengo ganas de empezar la segunda temporada, a ver qué nos ofrece.
¡Un abrazo! 🙂