Viajes

Llegada y barrio de Alfama – Lisboa por libre

Alfama, Lisboa por libre - Hay vida después de la oficina

Lisboa: cuestas y hospitalidad

Aterrizamos en Lisboa pronto por la mañana, así que podremos aprovechar el día de hoy (nuestra intención es ir al barrio de Alfama). Llueve, parece que efectivamente no vamos a tener buen tiempo (la esperanza nunca se pierde, dicen). Al intentar salir del aeropuerto, vemos que llueve a cántaros. Nuestros calcetines se lo van a pasar genial en este viaje.

Llegamos al metro a cubierto, y cuando estamos sacando las tarjetas y ya hemos comprado una un hombre se nos acerca y nos da la suya, diciéndonos en inglés que le quedan unos 2€ de carga. Al poco se nos acerca una pareja mayor ofreciéndonos lo mismo. Al parecer es bastante común que las personas que van al aeropuerto para marcharse de Lisboa regalan sus tarjetas de transporte porque ellos no las van a usar. Estos gestos de la gente, que seguramente sean fruto de una retroalimentación de ese gesto, aportan un poco de luz siempre.

Al llegar a nuestra parada y salir del metro con nuestras maletas conocemos uno de los personajes más célebres de Lisboa: ¡las cuestas! Hay una muy amigable en el camino a nuestro apartamento, pero acabamos salvándola con cierta dignidad (no mucha por mi parte).

Mientras esperamos a la mujer que viene a darnos las llaves del apartamento, tomamos un café en una tiendecita que está en la misma calle, con un hombre mayor muy majete que nos pregunta y nos cuenta cosas en portugués. Todo apunta a que los portugueses son muy buena gente.

De camino a comer pasamos por el mirador de Santa Catalina, que lo tenemos al lado de casa y la verdad es que la vista es impresionante, aunque hace bastante viento y el cielo está muy gris, circunstancias que nos van a acompañar durante todo el viaje. Comemos en O Eurico, un sitio que nos han recomendado mucho por lo barato y lo pintoresco que es. Pedimos bacalao porque lo tienen como especialidad (¡y estamos en Portugal!). También pescados fritos con arroz con tomate. Cuando nos traen los dos platos de comida flipamos un poco, porque las cantidades son enormes. Algo que nos hizo mucha gracia es que pedimos un litro de cerveza porque lo tenían en carta y nos trajeron una litrona de Sagres. Muy true todo.

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Comida en O Eurico.

Alfama, el barrio con más encanto de Lisboa

Queremos dar un paseo por Alfama y hacia allí que nos dirigimos. Alfama es uno de los barrios más bonitos y representativos de Lisboa. Lleno de cuestas empedradas, calles estrechas y casas de colores típicas de la zona. También lo vimos lleno de pintadas en contra de los apartamentos turísticos que, como en otros muchos sitios, están provocando que los alquileres en el barrio suban muchísimo.

Visita a la Fundación Saramago

Vemos la catedral de Lisboa, a la que se puede entrar gratis y merece un paseo por dentro. Después vamos a una parada que siempre he deseado hacer en Lisboa y que no había podido hacer hasta este viaje: la Fundación Saramago, establecida en la Casa dos Bicos. Admiro mucho a este escritor, y eso hace que entre en el edificio en modo fangirleo. Pagamos la entrada y comenzamos a visitar sus plantas. La fundación alberga exposiciones con recortes de prensa que hablan de José Saramago, información y fotografías sobre su vida, así como manuscritos de sus obras y cientos de traducciones de sus libros a todos los idiomas que podamos imaginar. En una de sus vitrinas, está su Nobel de Literatura (impresiona verlo). En la calle, frente a la puerta de la fundación, sus cenizas descansan debajo de un olivo. “Mas nao subiu para as estrelas se a terra pertencia” (Pero no subió a las estrellas, si a la tierra pertenecía), dice la inscripción a los pies de este árbol, una frase que cierra su obra Memorial del convento.

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Olivo bajo el cual descansan las cenizas de José Saramago.

¿Merece la pena la Fundación Saramago? Esta es una visita que mucha gente no hace cuando está en Lisboa, y es que realmente no es imprescindible a no ser que seas seguidor de este escritor o quieras aprender más sobre su vida, su carrera y sus escritos. A mí me gusto mucho, pero, ¡para gustos, los colores!

Mirador de Santa Lucía, mirador das Portas do Sol y Castillo de San Jorge

Tras esta visita de la que yo salgo muy contenta y sobre todo muy inspirada, contemplamos el Tajo, justo en frente, que es gigantesco y después vamos a los miradores de Santa Lucía y das Portas do Sol por las callecitas estrechas y muy auténticas de Alfama. Después llegamos al Castillo de San Jorge, y después de dudar si pagamos o no para entrar (8€ + 5€) lo hacemos, vemos las vistas con un viento bastante fuerte, paseamos por las almenas y nos cierran el castillo sin que podamos verlo al completo. Al final, no creemos que merezca la pena pagar para verlo, pero disfrutamos el paseo igualmente.

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Vistas desde el Castillo de San Jorge.

Llueve otra vez, así que nos refugiamos en un bar cercano y tomamos una LX, cerveja artesana de Lisboa. Habíamos pensado en que podíamos ir a cenar a otro sitio que nos habían recomendado y que está por la zona (O Satelite), pero hace mucho frío y después del turisteo con lluvia y viento estamos muy cansados. Así que pasamos por un súper antes de volver al apartamento y nos atrincheramos debajo de las mantas, tan a gusto. Mañana nos espera un día completo, pues visitaremos Sintra, Cascais y Cabo da Roca.

Si quieres ver todos los post escritos sobre mi viaje a Lisboa, pincha aquí.

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