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Sintra, Cascais y Cabo da Roca – Lisboa por libre

Sintra, Cascais y Cabo da Roca - Lisboa por libre

Ayer visitamos el célebre barrio de Alfama y en nuestro segundo día por Lisboa y sus alrededores nos levantamos medianamente pronto para ir a recoger el coche de alquiler. Hemos decidido movernos en coche durante el día de hoy, porque así podemos visitar Sintra, Cascais y Cabo da Roca a nuestro aire y sin ajustes de horario. Para nuestra desgracia, el día se despierta igual de gris que el anterior, así que nos ponemos la ropa más impermeable que tenemos y emprendemos la marcha.

Sintra, la ciudad de la bruma y la fantasía

Si Sintra ya es una ciudad que parece de cuento cuando se visita con un clima más normal, con lluvia adquiere un matiz casi fantasmagórico. Y no lo digo como si fuera algo malo; a pesar del mal tiempo, conocer Sintra envuelta en este clima de misterio es toda una experiencia.

Sintra, Cascais y Cabo da Roca - Lisboa por libre

Sintra y su aura de cuento.

Íbamos con el tiempo ajustado y sabíamos que no íbamos a poder verla entera (a menudo aconsejan dedicarle un día entero o incluso dos), así que tuvimos que decidir qué ver. Al final, nos dejamos guiar por consejos de algunos bloggers viajeros y nos decantamos por la Quinta da Regaleira (y acertamos totalmente, eso fue lo mejor). Era un poco arriesgado porque gran parte del potencial de esta visita reside en sus jardines, pero bueno, empuñamos con fuerza el paraguas y fuimos en su busca.

Algo que ocurre en Sintra es que moverse no es tan fácil como se pudiera pensar. Está llena de cuestas y de caminos que serpentean (en el pueblo ofrecen bicicletas, patinetes y otros vehículos para los que llegan sin coche), y si está lloviendo pues aún es todo un poco más complicado. Pero bueno, aparcamos a cierta distancia y recorrimos más o menos un kilómetro hasta que llegamos a la puerta del recinto. Este lugar está compuesto por un palacio y unos jardines que albergan grutas, pozos, puentes, pequeños largos y fuentes de un diseño poco común. En toda su extensión se pueden encontrar símbolos relacionados con la masonería, la alquimia, los templarios… Es una visita que no deja indiferente, como demuestran las siguientes fotos:

Sintra, Cascais y Cabo da Roca - Lisboa por libre

Quinta da Regaleira, jardines y palacio.

Sintra, Cascais y Cabo da Roca - Lisboa por libre

Detalle del palacio.

Sintra, Cascais y Cabo da Roca - Lisboa por libre

Pozo iniciático.

Después de desayunar dos cafés y dos pasteles de nata en la cafetería de la quinta, visitamos la parte del palacio accesible (no toda era visitable) relativamente rápido y enseguida comenzamos con lo que más tiempo requiere: los jardines. Estos jardines fueron diseñados nada menos que como un rito iniciático, por eso están rematados por letras del alfabeto que uno tiene que seguir si quiere realizar el recorrido (el rito) en orden (estas letras están marcadas en el mapa que te dan a la entrada). Nosotros decidimos perdernos sin más, y a pesar de la lluvia que nos obligó a refugiarnos en más de una ocasión, fue una visita muy interesante. En estos jardines uno puede encontrar de todo, y está rodeado del sonido del agua casi en todo momento, aparte de una vegetación frondosa y de colores oscuros, favorecida por el clima de Sintra. Una de sus paradas más famosas es la del Pozo Iniciático, una estructura en forma de torre invertida que se hunde casi 27 metros en el suelo y que se puede recorrer por medio de una escalera de caracol que la rodea. Según cómo se escoja realizar el recorrido de esta escalera, se estará bajando al infierno o subiendo al cielo…

En su web se pueden ver algunas fotos más de todo lo que ofrece este rincón embrujado de Sintra. También ofrecen visitas guiadas y audioguías, aunque nosotros decidimos hacerlo todo por libre.

Tras pasar gran parte de la mañana aquí, decidimos ir a dar un paseo por las cercanías del Castelo dos Mouros. No nos merece la pena entrar por cuestiones de tiempo, y lo mismo no pasa con el famoso Palacio da Pena, cuyo bonito exterior observamos desde fuera porque tampoco llegamos a entrar. Además, habíamos leído que el interior del palacio no era tan impresionante como sus exteriores, así que después de este último paseo ponemos rumbo a la sencilla Cascais.

La sencillez de Cascais y el salvajismo de Boca do Inferno

Para ser sincera, lo que nos había llevado a Cascais a esas horas era ¡la comida! Habíamos leído sobre un restaurante llamado Jardim dos Frangos para probar otra de las cosas típicas de Portugal: su frango (pollo). Nos ponemos las botas comiendo medio pollo asado (que está riquísimo) y una ración de chorizo flambeado. Después de esta comilona, damos una vuelta por el centro de Cascais y paramos en la Pastelaria A Bijou de Cascais, donde me tomo un café vienés con el que todavía sueño.

Sintra, Cascais y Cabo da Roca - Lisboa por libre

Cafetones en Cascais.

Cascais es una ciudad en la que se nota que hay más vida en verano. La encontramos bastante tranquila y sin gente, y paseando por sus calles vas viendo tiendas y chiringuitos que dejan claro que es un lugar para aprovechar cuando es temporada de playa. Así que después de un corto paseo vamos a nuestra siguiente parada: Boca do Inferno.

Boca do Inferno es un mirador natural que deja con la boca abierta. El fuerte oleaje ha ido abriendo cavidades en las rocas adonde ahora las olas van a romper y crean estampas naturales salvajes. Cuando nosotros fuimos, además, como hacía viento, el mar estaba muy bravo y las olas alcanzaban alturas impresionantes (había que tener cuidado con acercarte demasiado porque, si bien la zona está muy bien asegurada y apenas hay peligro, te podías mojar e irte fresquito a casa). También es un lugar lleno de leyendas por el origen de sus formas rocosas…

Sintra, Cascais y Cabo da Roca - Lisboa por libre

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Sintra, Cascais y Cabo da Roca - Lisboa por libre

Atardecer en Cabo da Roca y vuelta a Lisboa

Como hicimos en Cabo de Gata o en el Algarve, nos gusta ir a los cabos y a los faros a disfrutar del atardecer cayendo sobre el océano y en este viaje queríamos hacer lo propio en el Cabo da Roca (el extremo más occidental de Europa, considerado el antiguo fin del mundo). Antes de llegar pasamos por Estoril y por su casino por pura curiosidad. Se puede entrar al casino sin ningún problema, aunque tampoco es un lugar muy interesante: mucha gente fumando y apostando y turistas mirando.

Ya en el cabo, como ya estaba siendo el leit motiv del viaje, la tarde estaba demasiado revuelta para ver un buen atardecer. Y es que el problema no eran las nubes, sino la ventolera que hacía, que casi no podías ni mirar al cielo fijamente. Pero aun así nos dimos un paseo por la zona del faro y volvimos casi dando saltitos al calor del coche. Ya iba siendo hora de volver al apartamento después de un día muy completo.

Sintra, Cascais y Cabo da Roca - Lisboa por libre

Llegando a Cabo da Roca.

Sintra, Cascais y Cabo da Roca - Lisboa por libre

Pero antes de devolver el coche quisimos cruzar el famoso Puente Vasco da Gama, el puente más largo de Europa con sus 12 kilómetros. Ya cruzado el puente y dejado el coche, volvemos hacia el apartamento y antes nos paramos de nuevo en el mirador de Santa Catalina. No llueve y hace mejor temperatura, así que nos tomamos una cerveza allí mismo, rodeados de gente charlando, bebiendo cerveza y escuchando música (un ambiente muy agradable).

Al día siguiente nos daremos un respiro durmiendo un poco más y seguiremos visitando la bonita Lisboa.

Si quieres ver todos los post escritos sobre mi viaje a Lisboa, pincha aquí.

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