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Ejercicios de escritura creativa: Me gusta/no me gusta

Ejercicios de escritura creativa - Hay Vida Después de la Oficina
*Foto de portada de GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO THINKSTOCKPHOTOS

Escribir es una ocupación que siempre está abierta al debate (por desgracia, en algunas ocasiones). Dejando de lado esa parte de la población que opina que cualquier homínido puede escribir porque esto está tirao, centrémonos en las personas -humanas- que escriben, y en las disputas que se tienen a menudo sobre métodos y ejercicios de creatividad.

Hace unos meses os hablaba de mi experiencia siguiendo la iniciativa NaNoWriMo. Poco después de publicar este post, leí un artículo con tufillo intelectual (de esos que se publican con gusto en espacios de opinión de JotDown y que tienen frases de veinte líneas) en el que el autor criticaba a todas las personas que seguían esta iniciativa y los calificaba de escritores de pacotilla. A mí es que el odio gratuito que se estila últimamente en los mundos virtuales me da mucha pereza. Sin embargo, lo pongo como ejemplo de crítica a una experiencia que no hace daño a nadie y de la que se sirven cada año miles de personas para alimentar su creatividad. Con éxito. Y es que el mundo de la escritura creativa a menudo es muy duro porque está lleno de egos muy poco sanos, como ocurre con otras artes.

Ejercicios de escritura creativa - Hay Vida Después de la Oficina

En una de esas máquinas de escribir estoy yo escribiendo este post.

Ejercicios de escritura creativa: ¿sirven o no sirven?

Ocurre parecido con los ejercicios de escritura creativa. Las opiniones son diversas y existen personas que los miran con respeto y distancia y otros que casi están enganchados a ellos como si fueran una droga.

En verdad, a nivel personal no son algo en lo que me haya parado a pensar demasiado, pero quiero creer que todo en su justa medida nunca es malo. A veces he tenido conversaciones con personas que opinan que la escritura es un don divino y no necesitan ningún tipo de calentamiento para escribir, mucho menos entrenamiento: según ellos, esto es tan arcano como sentarse delante del ordenador sin ningún tipo de pretensión y de repente marcarte 30 páginas del tirón. Son, por supuesto, contrarios a cualquier tipo de formación o nada que se le parezca. En fin, supongo que esa gente, si de verdad existe, tiene mucha suerte, porque a mí me parece imposible.

Personalmente, me inclino más a creer aquello de que las musas han de pillarte trabajando. Si uno no se esfuerza en crearse una rutina y en día tras día seguir leyendo, escribiendo y reflexionando, creo que nunca mejorará ni avanzará en ningún sentido provechoso. Aunque esto, claro está, es mi opinión. También he de confesar que me ha costado mucho llegar a pensar así y rendirme a transformar mi vida siguiendo esta premisa. Supongo que todo fue fruto de comenzar a tomarme en serio la escritura, pero eso es ya otra historia.

Ejercicios de escritura creativa - Hay Vida Después de la Oficina

Ejercicios de escritura creativa: Me gusta/no me gusta

Tengo la suerte de estar participando en un taller de escritura creativa que han organizado desde El Laboratorio de Sueños de manera totalmente gratuita. En la primera sesión nos invitaron a seguir este ejercicio para romper el hielo. Quiero compartirlo con vosotros porque me parece interesante para enfrentarse al folio en blanco y desempolvar las manos en esos días en los que parece que no somos capaces ni de coordinar una frase completa.

¿En qué consiste?

Es bastante sencillo. Se trata de escribir, por ejemplo, dos cosas que te gustan y dos cosas que no te gustan de la manera más larga y completa posible. Es decir, no basta con decir “Me gusta la lluvia”. El reto es intentar crear una imagen, una escena, en la que uno muestre por qué le gusta la lluvia, qué es lo que más le gusta, qué sensaciones le crea…

Durante esta primera sesión estuvimos insistiendo mucho en lo siguiente: para escribir, siempre es mejor mostrar que contar.

Es un ejercicio que te pone en marcha aunque parezca mentira, te empuja a divagar sobre algo que te agrada o que detestas (a mí me inspira más lo que me gusta, pero dependiendo del día uno puede explayarse con algo que repudia) y acabas creando una pequeña descripción, una situación, un sentimiento… Salieron composiciones muy interesantes y me encantó escuchar lo que el resto de participantes había escrito. Creo que es una de las partes más atractivas de un taller así.

Mi ejercicio

Esto es lo que me salió a mí en los veinte minutos que nos dieron para completar el ejercicio.

Me gusta

  • Me gusta darle al botón de “finalizar compra” de ese billete de avión que llevo vigilando semanas, porque parece que la sangre se me baja a los pies, que ya se mueven con ganas, y se activan en mi estómago los nervios y en mis ojos las escenas que pienso que voy a descubrir cuando por fin coja ese vuelo y llegue a mi destino.
  • Me gusta merendar los domingos por la tarde con mi madre porque se me acerca con mirada traviesa y me pregunta: “¿Tomamos un café?” y yo digo que sí y sé que no sólo habrá café, sino también chocolate, risas y algo de calma.

No me gusta

  • No me gusta sentirme peor cuando ya me siento mal porque esa voz se empeña en fustigarme en silencio y no sé cómo acallarla porque esa voz soy yo misma.
  • No me gusta el momento en el que la persona que camina delante de mí no me sujeta la puerta del metro y me mira después, como dejándome claro que no le gusta su vida, porque no se da cuenta de que, quizás, para mí también son las ocho de la mañana y también me dirijo a un trabajo que no me gusta.

¿Qué os parecen?

Es un ejercicio muy sencillo que os animo a intentar. A mí lo que más me costó fue escribir mis “no me gusta”. A mis compañeros les gustó sobre todo el primero y el último, y dijeron que el segundo era muy tierno y el tercero muy hacia adentro… Acertaron bastante.

Ejercicios de escritura creativa - Hay Vida Después de la Oficina

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